¿Es un riesgo someter­se a las inyecciones de colá­geno?

Son dos las sustancias que se emplean para el llenado de las arrugas: el colágeno y la silicona. El co­lágeno se extrae de carne de vaca. Es un tipo de colágeno especial para reducir al míni­mo los riesgos de intolerancia. Utilizado desde 1082 en Fran­cia y desde 1977 en los Esta­dos Unidos, el colágeno ha si­do objeto de múltiples estu­dios médicos y de 250 publicaciones científicas.

Hoy, más de 750.000 personas han re­currido a las inyecciones de colágeno en todo el mundo y 27 países las utilizan. El colágeno se inyecta según técnicas muy precisas. Se utiliza para las arrugas superfi­ciales, las depresiones del rostro como consecuencia de accidentes, las secuelas de enfermedades como la varicela o de intervenciones quirúrgicas (cicatrices pla­nas). Rellena la arruga mecá­nicamente inflándola desde el interior.

Pero, ¿qué pasa con el pro­ducto? Los fabricantes ase­guran que se autodestruye de seis a doce meses des­pués de la inyección. Esta ac­ción efímera constituye su principal ventaja: de este mo­do no permanece en el orga­nismo. Un detalle: sólo el co­lágeno americano está auto­rizado para ser vendido en el mercado.

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